Mejora de la respuesta inmune, alergias y enfermedades autoinmunes.

El Papel del Glutatión en la Mejora de la Respuesta del Sistema Inmunológico

Nuestro sistema inmunológico trabaja incansablemente para protegernos de los intrusos que constantemente nos atacan, aunque a veces puede confundir tejidos o partículas inofensivas como intrusos, lo que provoca enfermedades autoinmunes y alergias. Los niveles altos de glutatión en los linfocitos no solo refuerzan el sistema inmunológico, sino que lo hacen más efectivo.

Cuando un linfocito ataca a un patógeno, libera poderosos químicos oxidantes como el peróxido y utiliza su propio glutatión como protección para su armamento químico. Mientras esto sucede, los linfocitos se replican a sí mismos hasta que han cubierto la totalidad de la amenaza. Este proceso consume oxígeno y libera más oxidantes. Para gestionar toda esta actividad, se necesita glutatión, que neutraliza los efectos de la oxidación.

Es importante destacar que el glutatión se consume en las dos actividades principales del linfocito: en el combate contra los patógenos y en la expansión monoclonal. Por lo tanto, la palabra correcta no es que el glutatión simplemente refuerce el sistema inmunológico, sino que mejora la respuesta del sistema inmunológico al proporcionar protección antioxidante y apoyo durante las actividades de combate y replicación de los linfocitos.

En resumen, el glutatión desempeña un papel crucial en mejorar la respuesta del sistema inmunológico al proteger los linfocitos durante su función de combate contra los patógenos y durante la expansión monoclonal para combatir las amenazas. Esto subraya la importancia de mantener niveles adecuados de glutatión para una función inmunológica óptima.

Por otro lado, la inflamación crónica juega un papel crucial en la aparición de alergias, intolerancias y autoinmunes, el cuerpo reacciona siempre ante la inflamación, poniendo en alerta al sistema inmune, la inflamación crónica perpetua este estado de alerta, haciendo que aumente el estrés oxidativo por la liberación de peróxidos por los linfocitos, aumentando la demanda de glutatión y acabando por llevar al sistema a un estado crítico que hace que se equivoque de enemigo.