Lesión Cerebral Traumática
Los traumatismos craneales
Pueden llegar a ser devastadores, desde zumbidos temporales hasta deficiencias graves de por vida e incluso problemas que aparecen días, meses o años después. La lesión cerebral traumática (LCT) es un evento repentino, mientras que la Encefalopatía Traumática Crónica (CTE) es producto de un daño acumulativo como el que se produce en los boxeadores. El cerebro es un órgano especialmente vulnerable al estrés oxidativo y al daño de los radicales libres, debido a su tremenda actividad metabólica y al hecho de que recibe el 20% del oxígeno que respiramos, a pesar de representar solo el 2% de nuestra masa corporal. Tanta demanda de antioxidantes hace que estos se puedan agotar fácilmente. Además, al estar compuesto principalmente de lípidos, el estrés oxidativo produce la peroxidación de lípidos, un proceso que ocurre automáticamente ante la existencia de una lesión.
El glutatión, como antioxidante maestro, es la respuesta de nuestro organismo ante la peroxidación lipídica que se produce después de una LCT. Un estudio realizado hace más de 20 años aclara la importancia del glutatión en la protección de las células cerebrales lesionadas del daño secundario de los radicales libres. Estudios correlacionan niveles altos de glutatión en pacientes con daños cerebrales con un mejor pronóstico.
En los deportes, las lesiones en la cabeza tendían a ser subestimadas, pero la acumulación de las mismas produce consecuencias a largo plazo que pueden resultar en problemas cognitivos, conductuales y psiquiátricos persistentes. Deportes donde los casos son más comunes son el fútbol americano y el boxeo, aunque ya se está extendiendo la conciencia preventiva a otros deportes de contacto. Estudios demuestran el descenso de glutatión en el cerebro en este tipo de deportes, incluso sin lesiones que causen algún tipo de conmoción cerebral.
Alimentar a ratones con un aislado de proteína de suero de leche especialmente preparado mejoró el glutatión cerebral y la función cognitiva. Este es uno de los pocos estudios que demuestra el tratamiento previo como una estrategia eficaz, dado que en humanos no se puede provocar una lesión cerebral para hacer pruebas. En el ejército estadounidense se realizaron pruebas con militares que habían estado expuestos a ondas expansivas, y los tratados con precursores del glutatión mostraron el doble de resolución de síntomas que los que no lo fueron.
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