Hay muchos tipos de convulsiones y no todas son epilepsia. Las recurrentes requieren medicamentos con anticonvulsivos orales, que pueden obligar al paciente a tomarlos indefinidamente sin ser una cura y con efectos secundarios a veces graves. La tremenda actividad bioeléctrica en el área afectada del cerebro que provocan las convulsiones genera grandes cantidades de radicales libres. Si además van acompañadas de pérdida de conciencia y anomalías respiratorias, se pueden dañar células del cerebro. Muchos estudios han demostrado que la peroxidación lipídica resultante de la formación de radicales libres puede dañar las células neuronales.
Los pacientes con convulsiones tienen en su organismo niveles de glutatión considerablemente más bajos que pacientes sanos, sin que se sepa si es causa o efecto de esta enfermedad. Pero el bajo nivel de antioxidantes, el daño elevado de los radicales libres, el alto nivel de estrés oxidativo junto con los bajos niveles de glutatión están presentes en pacientes que se medican o no contra las convulsiones. Los científicos suizos, dirigidos por Mueller, determinaron que los niveles bajos de glutatión a menudo conducen a convulsiones en este tipo de paciente. Los ataques y los medicamentos usados como anticonvulsivos reducen los niveles de glutatión, dejando a las células más expuestas al daño oxidativo. También se ha relacionado los bajos niveles de selenio con los ataques de convulsiones, ya que su acción principal en nuestro cuerpo está vinculada a la formación de glutatión-peroxidasa activa, una de las enzimas más importantes para la regulación del balance oxidante/antioxidante.
El glutatión actúa como neuromodulador en las células cerebrales. Científicos japoneses lograron proteger a animales de las convulsiones inyectando glutatión directamente en el líquido cefalorraquídeo. En Canadá, se ha demostrado que la combinación de vitamina E y glutatión reduce el número de células dañadas después de la actividad de las convulsiones. Numerosos estudios con NAC, vitamina E, vitamina B2, zinc y selenio han dado resultados positivos y mejoras notables.
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