El Alzheimer
es la forma más común de demencia y se prevé que los casos se tripliquen para el año 2050. Entre el 5 y el 10% de las personas mayores de 65 años y aproximadamente un tercio de las personas mayores de 80 años se verán afectadas por esta enfermedad. Se trata de una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que produce un deterioro progresivo de la memoria, la comprensión, la función intelectual y el comportamiento. La causa radica en la degeneración de las células nerviosas del cerebro y la disminución de la masa cerebral.
Aunque no se conoce una causa exacta, se sabe que hay una disminución en los niveles de neurotransmisores como la acetilcolina y el ácido gamma-aminobutírico. Además, se forman grupos de proteínas pegajosas que bloquean las señales entre neuronas y el amiloide activa un sistema inmunológico que aumenta la inflamación. Investigaciones recientes han identificado una proteína sanguínea llamada apolipoproteína E (ApoE) que parece estar alterada en los pacientes con Alzheimer y causar daño, el cual también es promovido por el estrés oxidativo y la formación de radicales libres.
El GSH puede desempeñar un papel esencial en la eliminación de metales pesados involucrados en el progreso degenerativo de enfermedades como el Alzheimer. El hierro, cobre, zinc, aluminio y otros elementos pueden ser perjudiciales cuando se acumulan en cantidades desproporcionadas o en tejidos incorrectos. Estudios han demostrado que cuando los quelantes extraen el aluminio de las células, los síntomas del Alzheimer pueden reducirse o retrasarse.
Nuestra principal defensa contra estas toxinas es un sistema de enzimas GSH efectivo. Aunque gran parte de la investigación se ha centrado en el papel de los antioxidantes para aliviar los síntomas y la progresión del Alzheimer, especialmente la vitamina E debido a su disponibilidad y bajo precio, es importante tener en cuenta que estos antioxidantes dependen del GSH para su correcto funcionamiento.
Estudios post mortem de los tejidos cerebrales de pacientes con Alzheimer han revelado bajos niveles de peroxidasa de GSH y GSH, y niveles elevados de peróxido de lípidos oxidantes, contra los cuales el GSH es la principal defensa. La disminución de los niveles de glutation en el hipocampo y la corteza cerebral también ha sido estudiada en pacientes con Alzheimer, vinculando esta deficiencia a la formación de placa beta-amiloide.
Aunque aún no está claro si el daño oxidativo es la causa o el efecto del Alzheimer, sí sabemos que reducir el estrés oxidativo puede disminuir el daño causado por esta enfermedad. Además, la recuperación de los niveles de GSH puede ayudar a reducir la acumulación de metales pesados y otras toxinas relacionadas.
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